Salvo las prácticas que hizo el Regimiento de Órdenes Militares en la ciudad, la esgrima era un deporte absolutamente desconocido en Plasencia.

Yo veía cómo Cáceres tenía clubes como el de San Jorge con una larga trayectoria en este deporte. A través de la Universidad Popular de Plasencia traje a varios profesores para impartir una iniciación a la esgrima y otro a la esgrima escénica que perduró durante dos años. A partir de ahí, un grupo de amigos creamos un club y nos federamos en la Federación Extremeña de Esgrima. Nuestro Club de Esgrima Mayorga, del que soy secretario, es un club sobre todo social, ya que solo queremos expandir la esgrima sin importar la clase social o la condición física que tengas y es un club en el que nos divertimos practicando esgrima. Porque si no te diviertes no aprendes. Y ahí estamos en la Sala que nos ha cedido el Exmo. Ayto. de Plasencia.

¿Por qué practico esgrima después de tantos años? Al inicio uno queda sorprendido de que una empuñadura anatómica sea lo menos parecido a lo que intuitivamente indica tu mano. Luego te sorprende que la esgrima no sea un cruce de armas, como cuando de pequeños jugábamos a ser espadachines, sino que su real  intención es tocar al adversario. Por último dices: ¿sólo tres minutos de combate? Pero luego te das cuenta de que tres minutos te dejan agotado. Y sobre todo feliz. Ganes o pierdas el combate lo mejor es la experiencia del deporte. Pues eso, lo practico porque me hace feliz. ¿Puedo pedir más?

Julio